Con la intubación endotraqueal (IOT) se asegura la permeabilidad y el aislamiento definitivo de la vía aérea, y se facilitan la ventilación y la aspiración de secreciones.
En las nuevas recomendaciones se reduce el énfasis de la IOT precoz, salvo reanimadores con alta pericia y mínima interrupción de las compresiones cardiacas y de las descargas eléctricas, salvo que se presuma origen respiratorio o estemos ante un paciente pediátrico. Ningún intento de intubación debería interrumpir las compresiones torácicas durante más de 10 segundos.
No se recomienda medicación a través de un tubo endotraqueal; si no se consigue un acceso venoso, los fármacos deben ser administrados por vía intraósea.
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