Entendemos por fulguración, la lesión producida por electricidad atmosférica (rayo), que provoca una descarga instantánea de corriente continua con una intensidad entre 12000 y 20000 amperios, que puede provocar en el paciente una fibrilación ventricular, una asistolia, o un paro respiratorio.
La causa más frecuente de muerte en estos pacientes es por una lesión cerebral difusa o por una asistolia o fibrilación ventricular no revertidas.
Si el paro cardiaco no se produce inmediatamente, difícilmente lo hará más tarde, por lo que en caso de múltiples víctimas hemos de priorizar las que están en situación de PCR o PR.
No tiene valor pronóstico unas pupilas dilatadas o no reactivas.
Los resultados de la reanimación de pacientes que han sufrido una fulguración son mejores que los que han sufrido otras causas de PCR, y la mayoría comienzan con respiración espontánea a los 30 minutos, de ahí que las maniobras de resucitación deben ser agresivas y prolongadas. |