La causa más frecuente de PCR en una electrocución es la fibrilación ventricular. También se pueden dar aunque con menor frecuencia, asistolia, taquicardia ventricular o parada respiratoria. Puede existir isquemia miocárdica como consecuencia de espasmo coronario. El equipo de resucitación no debe acercarse a la víctima hasta cerciorarse que el suministro eléctrico está cortado. Dado que las víctimas que no sufren un paro cardiaco inmediato logran sobrevivir, ante una situación con varias víctimas, atenderemos primero a las que están en PCR o PR. Se comenzará la actuación aplicando el protocolo de soporte vital básico con inmovilización cervical si se sospecha lesión a este nivel. En cuanto sea posible, proceder a monitorizar al paciente y aplicar los protocolos correspondientes del soporte vital avanzado. La IOT deber ser precoz en caso de quemaduras en cara, cuello o vía respiratoria (por inhalación), dado el desarrollo progresivo de edema. En caso de que la víctima presente dificultades para el aislamiento de la vía aúrea, debido a quemaduras a ese nivel, habrá que utilizar técnicas alternativas para el aislamiento de la misma. Si se produce parálisis muscular, ésta puede persistir horas, siendo necesario soporte ventilatorio mientras dure. Tras la recuperación de la PCR, si el paciente está en situación de shock, aplicar la fluidoterapia adecuada y vigilar la presión arterial, la presión venosa central y la diuresis para controlar que la reposición de líquidos sea la adecuada y prevenir la insuficiencia renal por mioglobinuria y/o pérdidas en el 3 espacio. Insuficiencia renal por mioglobinuria: algunos autores recomiendan administrar inicialmente manitol a dosis de 25 g, continuando con 12,5 g, cada 3-4 horas. |