 El objetivo primordial de las maniobras de resucitación cardiopulmonar es la recuperación de la circulación espontánea; pero, lógicamente, este es sólo el primer paso hacia nuestro objetivo final: llevar al paciente a un ritmo cardiaco estable, a una función hemodinámica normal y a la restitución de función cerebral. Lo ideal es la recuperación completa del paciente para que consiga la restauración de la funcionalidad previa a la parada cardiorrespiratoria. Probablemente el órgano más sensible en pos de la recuperación funcional sea el sistema nervioso debido a que en toda parada cardiaca se produce hipoxia, la cual puede dañar de forma irrecuperable las funciones neurológicas. La encefalopatía postanóxica puede producir lesiones irrecuperables que condicionan graves secuelas con la consiguiente limitación funcional de la vida del paciente. |